domingo, 23 de octubre de 2011

Eugenia Rico: la voz de la primavera




Eugenia Rico y San Sebastián nació en Bilbao, España, un 10 de octubre del año 1920.

A los dos años de edad sus padres, Lucia San Sebastián y Federico Rico del Río emigraron a la República Argentina. Su padre era Argentino criado en España, ya que su abuelo, un español socialista había emigrado a la Argentina por problemas políticos para luego regresar a su tierra natal.

Apenas llegaron de España, Eugenia y sus padres alquilaron una casita sobre la calle Bahía Blanca (hoy Gral. Paunero) en el pueblo de Villa Madero, cuando bajaron del tren y salieron de la estación, vieron un extenso territorio despoblado, que se veía interrumpido por alguna que otra casita distante. La joven Eugenia le pregunto a su madre:

- ¿En donde empieza el pueblo?

…. Y el pueblo empezaba y terminaba allí. En Villa Madero, estaba todo por hacer.

El hogar de Eugenia estaba muy cerca del Salón Sarmiento, un lugar en el que se realizaban presentaciones artísticas y culturales. Fue en el año 1926 que el Presidente de la Sociedad de Fomento local, Don Manuel Betiga, la presento en este Salón, con tan solo 6 años de edad para recitar la poesía gauchesca “El negro Falucho”. Ese día marcaría para Eugenia el comienzo de una larga carrera artística sobre los escenarios.

Durante sus estudios en la escuela numero 13, no había fiesta en la que no actuara, ni tampoco club, institución, o reunión familiar en la que no haya recitado sus poesías o demostrado sus dotes actorales. Desde su infancia fue la “artista del pueblo” como la denomino su gran amigo Ismael Álvarez.

Ya desde chica su madre la llevo a un casting que se realizo en la en Radio Municipal en donde debuto radialmente en “Cuentos Infantiles”. Posteriormente graba una canción para una película de Libertad Lamarque: “Justa del Saber”.

El 1 de agosto de 1941 ingresa al conjunto de Don Montiel (famoso conjunto artísticos de radioteatros), labor que realiza hasta el año 1948.

En radio Mitre realiza su labor de actriz y locutora acompañada por Nelly Lainez, Nelly Prince, Guido Gorgati y Mario Clavel entre otros.

Eugenia fue una mujer atípica para su época, de firme y duro carácter contestaba con altivez cualquier consulta y no dudaba en hacer su vida sin dar explicaciones por ello a nadie. Con tan solo 24 años trabajaba en la Capital Federal, en el ambiente artístico, ganando un sueldo superior al de su padre. Para muchos en Villa Madero esto no estaba bien visto. Solía repetir una frase del Gral. San Martín “Serás lo que debas ser... o no serás nada”.

En la década del 40 el gran director argentino Mario Soficci la elige en un casting entre 150 concursantes, para representar a la primavera en la película “Cuando la primavera se equivoca”, película en la cual Mario Soficci interpreta al otoño. En la misma aparece con su seudónimo de “Jenny Rico”.

Por razones personales decide abandonar su carrera artística profesional ingresando a la firma “Los Gobelinos” como empleada, pero el espíritu artístico de Eugenia Rico hace que, junto a sus compañeros de trabajo, formen un grupo artístico quienes representaron entre otras, las obras: “Bendita Seas”, “Dueña y Señora”, “Los Mirasoles”, etc.

En el Salón Sarmiento mantiene una constante participación activa representando distintos papeles en obras teatrales y recitando gran repertorio de poesías españolas y gauchescas. Forma parte entre otros del grupo teatral “Florencio Sanchez”, bajo la dirección de Enrique Delavalle.

Después de haber participado activamente como colaboradora en distintas instituciones de Villa Madero como: presidenta de la Sociedad de ex alumnos de la Escuela nro. 13, Sociedad de Fomento, Asociación Cristiana de Jóvenes, etc, en 1992 ingresa en el grupo de teatro “Montescos y Capuletos” como asesora artística, volviendo a pisar el escenario en 1997 siendo una de los protagonistas de la obra maestra del suspenso “Trampa para un hombre solo” del autor francés Robert Thomas.


Decía Ismael Álvarez en su libro “De Villa Circunvalación a Villa Madero”: “Se podría decir mucho de Eugenia pero lo voy a sintetizar en pocas palabras, seria como hablar de un prado florido en tiempos de primavera y digo así porque es la estación del año en donde las flores adquieren un color mas firme y vivaz y su perfume mas profundo.

Desde los 4 o 5 años en que se empieza a tener uso de razón, hace ya 75 años la vida de esta chica fue de una primavera eterna”.

Declaraba Eugenia Rico a un diario de Capital fechado 29 de octubre de 1943, cuando le preguntaban por su labor en la película “Cuando la primavera se equivoca”:

“Estaba un poco convencida de mi triunfo... Yo había concebido a la primavera tal como es: juguetona, sonriente, y hasta un poquito picaresca... Como una fiesta de luz, de flores, y de armonías para los jóvenes de espíritu”.

Evidentemente Eugenia era una joven de espíritu y ninguno de los que tuvimos el enorme placer de conocerla podríamos negarlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario